viernes, 14 de junio de 2013

Juez católico chino liberado tras 11 años de trabajos forzados.

Perdí todo, pero gané mi fe en Dios
Beijing, martes, 28-05-2013. La organización de derechos humanos ChinaAid, de inspiración cristiana, destacó el pasado 21 de mayo el caso de Li JF, un juez católico, que pasó 11 años en prisión por pertenecer a la Iglesia Católica, trabaja de forma clandestina y gratuita asesorando a los débiles y vulnerables. "Li pudo fácilmente haber hecho una fortuna,  quedándose callado ante la injusticia. En una carta, el juez le hizo un balance de su dura experiencia: "Perdí todo, ¡pero gané mi fe en Dios!". Efectivamente perdió todo: Su salud, su esposa, no ha visto a su hija desde que fue apresado, su hermano menor huyó a Tailandia en 2010 a causa de las amenazas.Se le obligó a trabajar 14 horas diarias, a las que se sumaban tres horas de "clases de reeducación", por lo cual recibía apenas 40 dólares mensuales. Sus padres, ya ancianos, lograban enviarle unos 25 dólares al mes, que él destinaba a la compra de Biblias con las que dirigió estudios para docenas de prisioneros. Así continué extendiendo las semillas del Evangelio... 
La reciente Jornada Mundial de Oración por la Iglesia Católica en China puso de relieve la preocupante situación de los católicos en ese país, donde el estado continúa ejerciendo presiones sobre las autoridades eclesiásticas y restringe la libertad religiosas de los ciudadanos.

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Persecución a los creyentes, especialmente cristianos.

100.000 cristianos asesinados al año por su fe.
29 de Mayo de 2013. La Santa Sede presentó al Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas una declaración que advierte la grave situación de vulneración de los derechos de los creyentes en el mundo. "Investigaciones creíbles han llegado a la alarmante conclusión de que un estimado de más de 100 mil cristianos son asesinados debido a alguna relación con su fe cada año", denunció Mons. Tomasi. La cifra expuesta por el Observador no incluye las víctimas cristianas de los conflictos internos y guerras. Esta realidad se suma a otras formas de violencia y discriminación contra los creyentes, quienes "están sujetos a desplazamiento forzado, la destrucción de sus lugares de culto, las violaciones y el secuestro de sus líderes", recordó el Arzobispo. Estos hechos, afirmó, se presentan especialmente en "regiones de Medio Oriente, África y Asia".  Además, citó las estadísticas de la acción benéfica de la Iglesia Católica en favor de millones de personas a quienes sirve distinción de religión o raza.